Dioses como Yahvé o Alá vieron que el cerdo era el
animal idóneo para sus gentes ya que convertían su alimento
en rica grasa. Intuyendo que todo el mundo querría tener estos animales
ya que, además de poder alimentarlo a
base de sobras, su carne era muy agradable al paladar humano; decidieron
prohibir tener cerdos, ya que todo el mundo querría criar cerdos para comer su
carne sin saber estos acabarían consumiendo los recursos de esas zonas y destruyendo los hábitats en
los que habitan. Al ver que todo el mundo estaría dispuesto a saltarse la
prohibición y pagar una multa con tal de criar cerdos decidieron hacer algo más
que prohibirlo. Convirtieron al cerdo en un animal tabú, por lo que
criarlos y consumir su carne estaba mucho más que prohibido, era pecado y
estaba castigado con el infierno.
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